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27 de mayo de 2011

El Constructivismo

La teoría constructivista nos proporciona las pistas sobre como la educación se convierte en la base del desarrollo cultural y proporciona las pautas que nos permiten entender como los individuos aprendemos, que mecanismos actúan internamente en el cerebro, que posibilitan recordar hechos, fenómenos, teoría, principios, fórmulas y otros conocimientos.
El enfoque constructivista permite seleccionar los métodos más convenientes para generar un aprendizaje afectivo, en tal sentido la acción didáctica o pedagógica como tal, consiste en saber como activar ciertos mecanismos que nos permitan descubrir la brujula en el aprendizaje del alumnado.

En el salón de clases el enfoque constructivista se refleja a través de la metodología utilizada por el maestro. Esta metodología debe ser retante de forma tal que el estudiante pueda hacer experimentos, resolver problemas reales del mundo que lo rodea y discutir todos aquellos asuntos que lo reten al uso del pensamiento crítico y comprender el cambio en el conocimiento.

Al hablar de constructivismo podemos partir de una teoría basada en la observación y estudio científico, de cómo el estudiante aprende. Podemos decir que el ser humano construye su percepción del mundo que lo rodea por medio del reflejo de sus experiencias. Al percibir nueva información el estudiante la recibe y la asimila según establece Piaget, incorporándola a su conocimiento previo, o rechazándola. De ahí parte la aseveración de que el ser humano es un ente activo, creador de su propio conocimiento. Para lograr esto nos hacemos preguntas, exploramos nuestro ambiente o hacemos un análisis de nuestro propio conocimiento.


Si consideramos la escuela como un lugar privilegiado para la educación con intención determinada, se debe permitir al estudiante desarrollarse en tres vertientes:


Personal
Social
Moral


Cuando hablamos de la vertiente personal nos referimos a los mecanismos psicológicos que se desarrollan en nuestros alumnos que le permiten alcanzar la plenitud adulta y la autorrealización como sujeto. En la vertiente social el estudiante se desenvuelve en la realización con los demás, la convivencia con la comunidad, las pautas de conducta y los valores compartidos que constituyen la faceta psicosocial de la persona. La vertiente moral se contempla como un proceso típicamente humano, por el cual, una persona acepta el conjunto de normas y leyes socialmente construidas como marco de acción del estudiante. El estudiante aprende a ser responsable de sus actos, que hoy en nuestra sociedad tanto necesitamos pues al estar consciente de nuestros actos nos manejamos con más responsabilidad social.

UNA DE LAS PRINCIPALES TAREAS COMO EDUCADORES ES:
Fomentar la creatividad es una de las principales capacidades que tenemos que desarrollar en nuestros alumnos.
Tener en cuenta que el sistema educativo actual se formó para cubrir las necesidades de la industrialización: su eje principal era aprender matemática y lengua. La creatividad y las artes no están entre las prioridades. En ningún lugar del mundo se enseña danza con la importancia que enseñamos matemáticas y lengua.
En nuestro sistema equivocarse está mal. Los alumno más pequeños no tienen miedo a equivocarse, pero poco a poco van creciendo se lo va inculcando en nuestro sistema así se da esta desconfiguracion y la estimulación de las competencias. Debe de eliminarse la competición entre los alumnos, pues se debe esperar que cada alumno rinda de acuerdo con su patrón individual de capacidades, necesidades e intereses. Tampoco es preciso desarrollar en la mentalidad del alumno el concepto de que está compitiendo consigo mismo, pues esto no contribuye en nada a la formación del alumno como una vez se creyó. El alumno que labora bajo una idea de competición de cualquier clase es un alumno con tensiones y ansiedades. Permitirse estar equivocado no es condición suficiente para ser creativo, pero sí es condición necesaria

Nuestra definición (implícita o explícita) de la inteligencia está mal. La inteligencia es diversa todos los sentidos en juego, movimiento, abstracción, dinámica interacción, creación, distintas formas de ver las cosas, y única cada persona tiene sus fortalezas; hay que descubrirlas y potenciarlas. Tenemos que desarrollar una nueva “ecología humana”. Tenemos que cambiar nuestra concepción de la capacidad humana y alinear al sistema educativo.

Las conclusiones a las que como educadores debemos de llegar son:

En Primer lugar que el alumno es protagonista de su propio aprendizaje. El alumno identifica si ha de interesarle o no el contenido y si lo haya significativo, pertinente y no arbitrario a comparación de su esquema previo, y quien debe estar más atento a su proceso de aprendizaje.

La segunda el alumno no es una isla, y está inmerso en un contexto social, o más bien, variadas situaciones sociales que influencian su auto imagen y potencial de aprendizaje por medio de esfuerzos directivos, o simplemente por el hecho de que ya existen relaciones de conocimientos previamente construidos a los que recientemente llega a tener acceso.

La tercera conclusión es que depende del grado en que se conjugan, alumno profesor y contenidos, que se arriba a un aprendizaje exitoso, y no solamente del alumno mismo.

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