Powered By Blogger

Entradas populares

9 de mayo de 2011

LA IMPORTANCIA DE LA SOCIALIZACIÓN PEDAGOGIA SOCIAL, VIERNES 6 DE MAYO


¿Adán y Eva eran negros?

"En África empezó el viaje humano en el mundo. Desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta. Los diversos caminos fundaron diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de colores. Ahora las mujeres y los hombres, arcoíris de la tierra, tenemos mas colores que el arcoíris del cielo; pero somos todos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquísimos vienen de África. Quizás nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido."

"Los espejos están llenos de gente...

Los invisibles nos ven, los olvidados nos recuerdan…

Cuando nos vemos, los vemos, cuando nos vamos, ¿se van?"

ESPEJOS (Eduardo Galeano)

En la cátedra de pedagogía social en esta semana estuvimos desarrollando las exposiciones acerca del educador social, hubo acá una gama de ideas y temáticas todas ellas enfocadas al educador social, desde el animador sociocultural hasta el educador político, algo que me llamo mucho la atención fue el la exposición que hacia el grupo de las personas con drogodependencia, acá se desempeña el papel de el educador social en el área de tratamiento a personas con esta problemática que permiten la asistencia, la reinserción y que además se normalicen la participación hacia la reinserción a la sociedad de personas con este problema. Esto me vino justamente porque en la mañana me encontré con una persona de estas que en su desesperación por comprar la droga vendía dulces en el bus en el que viajo a la universidad pero este ser humano le temblaba el cuerpo como si fuera una gelatina y desesperado les insistía a los pasajeros a comprarle los dulces, ya había perdido la cordura, bueno lo poco que le quedaba, es triste ver ese drama humano, que no se escapa a nuestra realidad social, a nuestras realidades latinoamericanas. Después el desarrollo de la cátedra tomo otro rumbo cuando se hablo de las personas con capacidades especiales, Antonio Lovo un compañero relato una pequeña anécdota de cuando se encontró con una persona ciega que quería cruzar la calle a la cual se dispuso para ayudar, pero esta persona no acepto su ayuda, y bueno esto a mi también me ha pasado, pero acá el punto es que yo no entendía antes, y era que si una persona con capacidades especiales, te dice gracias tienes que entender que ella quiere hacerlo sola, y que si insistes si le harás sentirse incapaz y te hará sentir una sensación muy rara, también se hablo del ciego puro que es la persona que tiene solo esa discapacidad. Bueno de allí se menciono acerca de los alfabetizadores algo bastante bueno que se esta desarrollando en nuestro país y que ONG’s como CIDEP esta contribuyendo mucho. Los compañeros expresaban que aprendieron que educar significa acompañar: acompañar la forma de educar en comunidad manifestaron que el trabajo debe de llevarse a cabo de manera conjunta, con todos los agentes participantes en el proceso educativo: padres, docentes, alumnos, comunidad y sociedad. Todos estos no son agentes aislados, por el contrario, deben de trabajar de manera conjunta para que la labor docente sea llevada a cabo con éxito, consiguiendo un proceso de aprendizaje significativo y de calidad. Este grupo trabajo muy de la mano con CIDEP y nos exponían todo el esfuerzo que dicha institución hace y la mas admirable el papel y la vocación que los alfabetizadores de esta, hacían en la comunidad, todo esto en base a que ellos manifestaron que los alfabetizadores hacían mas horas de las indicadas, todo por cumplir con el deber social y que todo educador debe de tener para el bien del país.



Yo tengo además conocimiento del impulso de la educación popular en la zona norte de Chalatenango por otras entidades no gubernamentales y que es una enorme apuesta para mejorar el empoderamiento humano de estas personas y sus pueblos, acá quiero recalcar mucho que todo esto como la animación sociocultural y abordaje a las personas con problemas de toxicomanía se logra a desarrollar por medio de la socialización pues demarcar un concepto operativo de educación supone diferenciarlo de otros que se mueven en su órbita y con los que a veces se confunde. El concepto más amplio es el de socialización, por el que se entiende la transmisión, de manera inconsciente y no formalizada, de los conocimientos, valores, hábitos y actitudes que constituyen el entramado básico de una sociedad.

ACA HE ELABORADO EN BASE A INFORMACION DE LA WEB Y DE UN ESTUDIO ALGO ACERCA DE LA SOCIALIZACION:

1. Historia y concepto de la socialización

1.1. Historia del concepto socialización. El concepto socialización se origino en las investigaciones realizadas en los Estados Unidos, Francia, Alemania y otros países anglófonos. Parece ser que en 1828 el diccionario de Oxford admitió, por primera vez, el verbo Socialize, del que se deriva Socialization; en 1897 F. G. Giddings escribió the theory of socialization; e I. W. Burguess estudió la función de la socialización en la evolución social (1916).

La socialización:

Historia, concepto y teorías.

Suele admitirse que fue É. Durkheim alrededor de 1910, quien usó este vocablo en el sentido estricto que se le ha atribuido desde entonces, cuando habla de la “naturaleza social” y de la “socialización metódica”, temas reflejados en su obra póstuma. En la década de 1920 diversos factores suscitaron interés por este concepto sociológico, entre lo que cabe destacar las tesis Freudianas sobre la “identificación” y sobre la “interiorización”; el choque entre culturas diferentes y étnicas distintas de los inmigrantes, sobre todo en Estados Unidos, y la aplicación de la metodología empírica en las investigaciones sociales.

En la década de 1930 se sucedieron los escritos acerca de esta cuestión y se popularizo el concepto de “Socialización” a lo que contribuyeron 3 teorías importantes:

1ª El Estructuralismo - Funcionalismo De Talcott Parsons, según el cual la socialización ha de entenderse dentro del marco general de una concepción de la acción social. Los fenómenos son funciones del sistema social y la función del proceso socializador radica en la posibilitación de la interiorización de normas y valores aceptados en un sistema social y en la consolidación y aceptación de los roles.

2ª La Teoría Del Interaccionismo Simbólico De G. H. Mead, profesor de la Universidad de Chicago, quien en sus clases, impartidas en ella como profesor de filosofía, desde 1894, dibujo una teoría sobre el Self y la identidad contra el individualismo fomentado por S. Freud. G. H. Mead fundió, en poderosa síntesis, el pragmatismo norteamericano con el behaviorismo para explicar la realidad como un “continuo simbólico”, configurando, en consecuencia, un conductismo social, cuyo símbolo básico es el lenguaje.

3ª La teoría del “rol”, con la que se identificaron el propio G. H. Mead, J. L. Moreno y R. Linton, aunque haya sido posteriormente R. Dahrendorf el más significado, con su tesis del Homo Sociologicus.

Puede afirmarse que hasta después de la segunda guerra mundial, concretamente al comienzo de la década de 1950, la socialización no interesó a los pedagogos ni se incorporó, en su discurso teórico, a su cuerpo doctrinal.

En esta misma década se iniciaron en Alemania las investiga­ciones sobre la «socialización», en cuanto fenómeno educativo. En 1961 la División de la Sociología de la Familia y de la Juventud, en el seno de la Sociedad Alemana de Sociología, lo abordó inicialmente en las Jornadas que se celebraron en Tubinga. La Uni­versidad de ErIangen - Nuremberg realizó investigaciones sobre so­cialización y comunicación; la de Constanza, sobre la socialización escolar; la de Munich, sobre socialización laboral - profesional; y la de Edimburgo, sobre la socialización y la conducta convergente.

En España, donde la sociología de la educación no se cultivó, con cierta seriedad, hasta la década de 1970, y donde la pedagogía social hubo de esperar una década más, el tema de la socialización no fue incorporado al saber pedagógico, en forma habitual, hasta hace 20 años, tal y como he probado en una de mis recientes publicaciones.

1.2. Concepto de socialización. A fin de delimitar el objeto a definir, anticipo que excluyo la interpretación marxista, que la entiende como la interdependencia entre los diversos factores de la producción; y la socialista, que la considera como la apropia­ción, por parte del Estado, de bienes económicos, antes privados. Son acepciones ajenas a la pedagogía; son propias de la economía. Por la misma razón prescindo también de la acogida en documen­tos pontificios, a comienzos de la década del sesenta, hecho liberalizador para los españoles más intransigentes.

Tres son los supuestos en los que descansa el concepto de so­cialización:

1ª La noción de personalidad. Lo es, porque la socialización es entendida como medio o parte integrante del desarrollo pleno de la personalización; la individualización es imposible sin la socialización.

La psicología cognitiva de Piaget y sus discípulos explica el ori­gen y desarrollo de la inteligencia practica y del pensamiento con tesis interaccionistas entre el medio y la herencia.La asimilación y la acomodación, en cuanto funciones invariantes, necesitan del medio estimulador para crear visiones egocéntricas y visiones socializadas del mundo. Las tesis cognitivas ocupan un punto cen­tral en las discusiones teóricas sobre la socialización.

2ª Las implicaciones normativas. Se conciben como ideas guías implícitas de la actividad humana y varían, por lo tanto, se­gún se pronuncie el investigador por la conformidad de los roles, o por la capacidad de comunicación, o por la agresividad o por la motivación en la tarea.

3ª Las investigaciones empíricas. La investigación empírica sobre la socialización se basa en métodos lógico-interpretativos y en aquellos que son viables en la psicología y sus disciplinas afines.

Ámbitos empíricamente investigados:

* Dimensiones de la personalidad y de la conducta: conformi­dad normativa, conciencia moral, capacidades cognitivas, lenguaje y habilidades lingüísticas, cognición social, percepción y com­prensión de los otros, tipificación e identificación sexual, depen­dencia y autonomía psíquica, delincuencia y agresividad, y moti­vación de conducta.

* Presupuestos subjetivos: la edad, tanto en la infancia como en la adolescencia, como en la senectud; las minusvalías físicas, psíquicas y sensoriales.

* Instancias socializadoras e instituciones: socialización en la familia; privación de los padres; internamiento en residencias; ca­rencias afectivas de todo género; parvularios e instituciones afines; socialización en la escuela; influencia de los mass media, principalmente de la TV; y condicionamientos ecológicos.

* Sistemas sociales estudios antropológico-culturales realiza­dos en sociedades primitivas, que han acentuado las distinciones en el proceso socializador. En estas páginas se reúnen varias dece­nas de trabajos heurísticos avalados por la aplicación de una metodología empírica rigurosa.

Los planos en los que se sitúan los estudios sobre la socialización son de cuatro clases principales; el análisis del proceso socializador en un individuo particular; el análisis de los mundos vi­tales subculturales (grupos pertenecientes a determinada po­blación, a diferentes clases sociales y a comarcas distintas); el análisis de las condiciones socializadoras en subsistemas institucionales limitados (familia, escuda, residencias); y el análisis de las relaciones estructurales y funcionales de la sociedad global, en las que repercuten los condicionamientos de los planos inter­medios.

Las variables de la conducta social han sido atendidas, con ri­gurosa escrupulosidad, en los estudios psicosociales, que han en­tendido este tipo de conducta como el conjunto de respuestas dadas por el individuo, cuando se le estimula desde el exterior, y los procesos de pensamiento y de necesidades interiores que se exteriorizan en el dialogo con el medio. Los tratados de psicología so­cial y de psicología evolutiva no omiten esta cuestión. Tres son las variables mas repetidas:

1ª EI conocimiento social. Los pedagogos suelen desconocer mas esta variable que las otras dos; pero sin ella no se comprendería la Social Cognition de la psicología cognitiva norteamericana (HASTORF- IBSEN, 1982). El proceso del conocimiento o percep­ción del otro es una conquista de la corriente cognitiva, alternativa de la psicoanalítica.

2ª La motivación social. Las necesidades sociales vivenciadas por el educando son las verdaderas motivaciones sociales, que cimentan la conducta, entre las que sobresale la motivación del logro o del rendimiento, verdadero acicate para conseguir éxito en las situaciones de competencia intragrupo, en conformidad con las normas imperantes en las instituciones. Cuando se acaricia el éxito, el educando se satisface internamente y refuerza la conduc­ta posterior hacia nuevas metas y aspiraciones.

3ª Las actitudes. Muy temprano, en las décadas primeras del s. XX se comenzó el estudio de las actitudes, de las que G. Allport ha reunido más de cien definiciones (ALLPORT, 1962.). Las actitudes son estados mentales adquiridos por experiencias, siste­mas duraderos de evaluación y una organización estable de las creencias; en ellas se encuentran componentes cognitivos, emocio­nales y de aprendizaje.

Principales características de la socialización:

* La socialización supone capacidad de relacionarse con los de­más; el ser humano no se realiza en solitario, sino en medio de otros individuos de su misma especie, de forma que si careciera de esta relación de períodos fundamentales de su evolución, no se humanizaría.

* La socialización es una adaptación a las instituciones, en los mínimos exigibles, al menos, para no desentonar gravemente en la comunidad de manera que, según la psicología social, no es idéntica en todos los grupos, sino que se estructura «en su for­ma... y en mi finalidad, en función de las exigencias sociales». Las relaciones conflictivas de los miembros de la sociedad ocasionan crisis de socialización, según prueban los estudios dinámico-dialécticos del proceso. Es necesario decir que las «teorías del con­senso» y las del «conflicto» no pueden suscribir el alcance de la adaptación, pues mientras para los primeros es condición sine qua non para el equilibrio social, para los segundos ha de entenderse restrictivamente, porque sólo la confrontación social es la explica­ción del progreso humano. Unos dirán que sin adaptación se corre riesgo social y mental; otros, en cambio, creerán que la adapta­ción cercena, constriñe y limita. ¿Cómo conjugar la salud mental, la convivencia y las discrepancias?

* La socialización es una inserción social, puesto que introdu­ce al individuo en el grupo y le convierte en un miembro del co­lectivo, en tanto que su conducta no desentone de la conducta más frecuente en sus componentes o se respeten las normas de tolerancia y de convivencia.

* La socialización es convivencia con los demás, sin la cual el hombre se empobrecería y se privaría de una fuente de satisfaccio­nes básicas para el equilibrio mental. Esta convivencia cumple con el objetivo de llenar las necesidades fundamentales de afecto, de protección, de ayuda, etc. La convivencia es por otra parte, la mejor prueba de que la socialización es correcta y de que el indivi­duo se ha abierto a los demás.

* La socialización coopera al proceso de personalización, por­que el «yo» se «recrea» en la confrontación con los otros y construye la «personalidad social» en el desempeño de los roles asumidos dentro del grupo. En los estudios clínicos para diagnosticar la es­tructura y desarrollo de la persona se tiene presente la adaptación social/familiar, porque su alteración es indicio de quebrantos en las esferas individuales.

* La socialización es aprendizaje. El hombre es un socializan­do, porque es sociable; y en virtud de actividades socializadoras la sociabilidad se convierte en socialidad, o lo que es igual se consigue la sana relación con los demás. Las habilidades sociales son el resultado de predisposiciones genéticas y de las respuestas a las estimulaciones ambientales.

* La socialización es interiorización de normas, costumbres, valores y pautas, gracias a la cual el individuo conquista la capaci­dad de actuar humanamente.

En consecuencia, la socialización podría definirse como un proceso de interacción entre la sociedad y el individuo, por el que se interiorizan las pautas, costumbres y valores compartidos por la mayoría de los integrantes de la comunidad, se integra la persona en el grupo, se aprende a conducirse socialmente, se adapta el hombre a las instituciones, se abre a los demás, convive, con ellos y recibe la influencia de la cultura, de modo que se afirma el des­arrollo de la personalidad.

2. Clases y funciones de la socialización

Las clasificaciones de la socialización dependen, como siem­pre de los criterios seguidos para hacerlas.

1ª Por razón del lugar donde se realiza: familiar, cuando se produce en la primera célula social; se la considera el «primer es­pacio»; escolar, si es la escuela —«segundo espacio»— su agente; laboral, si es la fábrica, oficina, granja, comercio o vehículo el lu­gar donde se realiza.

2ª Por razón de su secuencia cronológica: primaria, si se realiza en el primer grupo, construido por consanguinidad y afinidad en el que el niño suele hallarse, en sus primeros años. En la socia­lización primaria se asimila la cultura del grupo, se imitan las pautas de conducta y se codifica el pensamiento en la lengua pre­ferentemente usada por su entorno y sus cuidadores. Secundaria, cuando se opera en grupos formales o secundarios, a los que se puede considerar prolongación del grupo familiar, pero que su­perponen costumbres, pautas conductuales, creencias y códigos morales convergentes o divergentes de la familia. Terciaría o resocialización, que es posterior a las dos precedentes y que sólo es necesario, cuando el individuo se margina, no se adapta o contravie­ne las pautas de conducta aceptadas en la comunidad como correctas.

Las funciones de la socialización han sido concebidas de diver­sas formas, con dependencia de la teoría o modelo sociológico preferido. La concepción estructural-funcionalista entiende la socialización en relación con los servicios y funciones; en este caso, la socialización desempeña estas funciones:

Controla a los socializandos, porque les exige directa o indirectamente que se acomoden a las costumbres imperantes en el mundo de los adultos o a las preferidas por sus iguales.

Homogeiniza, porque crea en el educando estados físicos y mentales comunes a todos los miembros de una sociedad concre­ta política de esta forma la socialización crea el «ser social», que es entendido como «un sistema de ideas, sentimientos y hábitos, que expresan en nosotros no nuestra personalidad, sino la del gru­po... de que formamos parte». Esta limitación del educando, im­puesta por la socialización, le beneficia, por otro lado, al hacerle partícipe del cúmulo de conocimientos, instrumentos y técnicas que constituyen el acervo cultural.

Selecciona, sobre todo cuando es socialización secundaria y amplía el horizonte, principalmente si se realiza en la escuela. La socialización supone una emancipación del niño, una interiori­zación de normas, una diferenciación dentro del aula y, finalmen­te, una selección.

José Mª. Quintana enumera nueve funciones, coincidentes al­gunas con las antes citadas: familiariza al hombre con las normas; transmite cultura; crea hábitos de comportamiento; actualiza la dimensión social; le hace partícipe del bien social; le ayuda a com­prender la vida comunitaria; le coloca en posiciones de responsabilidad frente a los demás; le prepara profesionalmente, y desarrolla su personalidad.

3. Principales teorías sobre la socialización

3.1. Modelos antropológicos que las avalan. Las ideas sobre la socialización son ininteligibles, si se omiten o desconocen las concepciones antropológicas que las sustentan. Fue Geulen quien primero sistematizó estos supuestos de toda teoría sobre la sociali­zación. Cinco son los principales modelos antropológicos, sobre los cuales se elaboran estas teorías.

1º Modelo Funcionalista. El principal representante es Arnold Gehlen (1940) Según él, el hombre se caracteriza por la debili­dad y defectuosidad de Instintos innatos directivos de la conduc­ta; por consiguiente, para sobrevivir, necesita conseguir habilida­des y capacidades a través de la socialización, que es una prolongación y ampliación de equipamientos biológicos huma­nos, que le permiten adaptarse a su medio.

2° Modelo Cognitivo. Los representantes más sobresalientes han sido A. Schutz, P.L. Berger y T. Luckniann. Enfatizan el hecho de que nuestro conocimiento cotidiano del mundo y la orien­tación de nuestras acciones descansan en el conocimiento intersubjetivo y verbalmente comunicable sobre la realidad, especial­mente sobre las reglas, instituciones y modos conductuales de otras personas. La socialización es una conquista de este conocimiento. La teoría de la «interacción social» tiene su justificación epistemológica en este modelo antropológico.

3º Modelo Integrador. El hombre está tan determinado en todos sus distintivos físicos y psíquicos por la sociedad que es su reflejo. Este modelo sustenta la teoría de Talcott Parsons, quien insiste en la interiorización de las reglas y normas sociales y en el aprendizaje de roles, como característicos de la socialización.

4º Modelo Represivo. Sus representantes han sido S. Freud y, en general, toda la psicología dinámica o psicoanalítica. El incons­ciente, el ello y la represión son las únicas explicaciones convin­centes sobre la socialización. Este modelo es el fundamento de la teoría psicoanalítica.

5° Modelo Individualista. La socialización es constitutiva de la individualidad e identidad humanas. Las tesis teóricas antropo­lógicas más significativas son: la individuación es posible median­te la participación en los diversos grupos y en el trabajo colectivo; la autoimagen o identidad de una persona le permite situarse en la mente del otro y ser comprendido, a su vez por este.

Principales teorías sobre la socialización:

La socialización como aprendizaje social.

La socialización como subordinación a los impulsos del ello.

La socialización como transformación cognitiva de la infor­mación.

La socialización como fenómeno de un sistema estructural y funcional.

La socialización como interacción social.

La socialización como identidad del yo y la competencia co­municativa.

La socialización como parte del proceso de producción.

1ª La socialización como aprendizaje social. La socialización es para Sears, Miller y Dollard, defensores de esta postura, un proceso secundario determinado por el ambiente. El niño establece vínculos de relación con la madre o persona sustitutiva, que satisfacen sus necesidades básicas; de esta satisfacción emerge su interés por estas personas —refuerzo secundario—, que le suministran alimentación, bebida, etc. —refuerzos primarios—. Posteriormente la madre es reemplazada por la cuidadora, la puericultora, la maestra o algún familiar. La red de relaciones se dilata, pero asignándoles siempre el papel de refuerzo secundario en la satisfacción de las necesidades básicas. Más adelante, la observación de la conducta de los iguales y de los adultos es el refuerzo secundario más destacable.

5ª La socialización como interacción social. ¿Se puede sostener que el interaccionismo simbólico es la mejor explicación de las propuestas sobre la socialización? A pesar de sus orígenes filosóficos y psicológicos, G. H. Mead propuso la teoría más sociológica con resonancia biosocial, inseparable de sus conceptos de MInd y Self que son el resultado de la convivencia humana y se exteriorizan en el “gesto vocal”. Si el Self se explica por la transformación del organismo biológico, el Mind sólo es comprensible a través de la educación. El interaccionismo simbólico, término acuñado por H. Blumer en 1937, ha dado lugar a dos ramas: la capitaneada por G. H. Mead, de inspiración pragmatista, y la concebida por Berger y Luckman.

El interaccionismo simbólico ha sido utilizado para concebir la socialización en países americanos y en países europeos. La in­teracción social es inseparable de los símbolos, que se originan y reciben su significación en la interacción. Una acción en común sólo es concebible a través de los símbolos significantes unívocos para quienes los emiten y para quienes los perciben. El lenguaje es el mejor sistema de símbolos significantes; sólo participando en un sistema simbólico y situándonos en el lugar del otro, cuyo rol se nos hace así manifiesto, podemos entender nuestro propio obrar.

La explicación del interaccionismo simbólico no es normativa, sino interpretativa.

P. L. Berger y Th. Luckmann entienden la socialización como una interiorización de la realidad socialmente construida, la cual es, ante todo, un proceso de conocimiento. A la teoría interaccionista se sumó en la mente de estos dos autores la aceptación de supuestos antropológicos marxistas, principalmente del Marx jo­ven o primero, y de otros antropólogos: H. PIessner y A. Geblen. Incluso hay reminiscencias de É. Durkheim y de M. Weber. Su concepto de la socialización es una amalgama de psicología social, antropología y filosofía. El hombre, como ha dicho Portmann, nace inacabado e inmaduro, encontrando su seguridad en el medio sociocultural, que es, a su vez, creación, humana. De aquí de­riva la «dialéctica entre la naturaleza y la sociedad». Es en esta dia­léctica donde el hombre se autocrea, pero al autocrearse construye simultáneamente la realidad, que es polifacética. La realidad no estaría completa sin el «mundo social», producto humano y obje­tivo en frente de el. La socialización tiene lugar, pues, cuando el hombre interioriza la realidad. «Ser en la sociedad» significa participar en el proceso dialéctico llamado sociedad, y en esta participación distinguirnos la exteriorización, la interiorización y la obje­tivación, tal y como lo expone un especialista alemán al clarificar el pensamiento de Berger y Luckmann.

4. Socialización Y Educación

4.1. La socialización es parte del proceso educativo. Lo sugeri­mos ya, al definir la «educación». Sin embargo, no compartimos la opinión de quienes la reducen a socialización. Han sido los «sociologistas» quienes se han excedido y le han atribuido excesiva trascendencia. Uno de los más exaltados partidarios de este tipo de reduccionismo ha sido É. Durkheim.

Para no ser prolijos, recogemos aquí algunos textos clásicos de É. Durkheim:

«La educación no se limita a desarrollar el organismo indivi­dual... la educación crea en el hombre un ser nuevo...Ese ser nuevo que la acción colectiva, por vía de la educación construye en cada uno de nosotros representa lo que en nosotros hay de mejor, lo que tenemos propiamente humano»

«De la definición precedente se deduce que la educación consiste en una socialización metódica de la generación joven... el objeto final de la educación sería precisamente construir el ser so­cial en cada uno de nosotros.»

«La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que no están todavía maduras para la vida social; tiene como objetivo suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que requieren en él tanto la sociedad política en su conjunto como el ambiente particular al que esta destinado de manera específica».

Del análisis del concepto de socialización en Durkheim se ha deducido que el sociólogo francés entendió los conceptos de edu­cación y de sociedad de acuerdo con su filosofía práctica —de raigambre kantiana-- y con su positivismo, de signo comtiano. La identificación de la educación con la socialización es una conse­cuencia del modo de entender la «razón práctica"; la aberración epistemológica del sociologismo estriba en la confusión implícita entre filosofía de la educación y sociología de la educación.

4.3 modalidades educativas y socialización. La socialización se verifica a lo largo de toda la vida escolar, principalmente en sus primeras etapas, es decir, en la infancia o niñez intermedia. No obstante, como el mismo proceso educativo, la socialización ter­mina cuando acaba el ser racional humano, por grave deterioro o por la muerte. Y, es comprensible, no se realiza únicamente en la edad escolar y en la educación formal, sino en intervenciones no formales, espacio propio de la pedagogía social; sobre todo, cuando se trata de la socialización terciaria o resocialización, que ha de acometer todo inadaptado o marginado.

La sana socialización, a su vez favorece el éxito y el rendi­miento escolar, afianza y custodia el equilibrio en el seno familiar y beneficia a todos los miembros de una comunidad. La educa­ción formal, informal y no formal, por lo tanto, son agentes de socialización, porque esta es parte constitutiva de todo proceso educacional, cualquiera fuera su modalidad. Nos extenderemos más cuando desarrollemos el tema de los agentes de la educación social.

El maestro, con una función de socialización en la vida escolar

Determinar la función del maestro sólo por el proceso de formación académica pasa por alto una de las funciones y características centrales del proceso de educación escolar en su verdadero sentido, el cual es su carácter de práctica social y de proceso socializador. Tomando en cuenta esta característica y poniendo lo anterior en este marco organizador, la participación del alumno en el proceso de enseñanza y aprendizaje no sólo está identificado con el proceso intelectual del alumno, sino también la actividad mental y guiadora del maestro, como alguien que ya ha recorrido su propio camino de aprendizaje, y que puede compartir sus ideas y comprensión en un intercambio horizontal, y más abierto que lo que se acostumbraba tal vez anteriormente.

En la escuela los alumnos entran en contacto con una parte de la cultura de su grupo social, tanto la formal como la no-formal e informal. En estas situaciones de interacción social aprenden a identificarse ellos mismos a través de las señales y códigos que reciben y construyen con los demás. Además aprenden a sentirse individuos dentro del grupo social del que forman parte. Aprenden también los instrumentos y conceptos que ese grupo utiliza comprender su realidad y cambiarla, trabajarla. Aprenden no sólo la cultura, en el sentido estricto, sino en sentido más amplio, las sub-culturas, pero en el proceso de apropiarse de ellas, las transforma.

Desde el enfoque constructivista este aprendizaje es entendido no como copiar la realidad sino de elaborar, por medio del trabajo o esfuerzo, una representación individual del objeto, la realidad, concepto o procedimiento, que se pretende adquirir, ya por interés personal o por incitación ajena. Esta construcción o elaboración implica una aproximación hacia el objeto de aprendizaje con la clara intención de entenderlo, asimilarlo, hacerlo “suyo”. No se trata de una elaboración en el “aire”, sino que una que se engancha, o parte de las experiencias, conocimientos e intereses previos del que aprende. La motivación en gran parte la describe el constructivismo como proveniente del interés causado por lo novedoso o diferente. En algunas instancias se trata sólo de modificar, actualizar o mejorar los conocimientos o las competencias que ya se poseen. Pero en otras instancias es un conocimiento tan nuevo que se plantea un verdadero reto para poder asegurar su comprensión y dominio. Ejemplo, para muchos el estudio de un idioma extranjero (últimamente el Inglés) presupone un esfuerzo extraordinario al inicio, porque realimente no tienen de dónde agarrarse para comprender, fuera de la traducción, la cuál no siempre es la forma idónea de entender los idiomas. En este proceso se modifican los conocimientos que ya poseíamos (ejemplo—la manera de armar una frase, el vocabulario a utilizar en el nuevo y desconocido idioma). Pero al final, lo modificamos y lo integramos a nosotros mismos, a lo que se llaman nuestros esquemas, y lo hacemos propio. (Ejemplo—la creación de un acento en Inglés, el uso de ciertas expresiones idiomáticas y no otras, son decisiones muy individuales y de carácter personal).

Los teóricos constructivistas (Piaget, Coll, etc) describen este proceso como una lucha por el equilibrio. El que desea aprender algo, cuando lo encuentra tan novedoso que tiene poco dentro de su estructura para apoyar su asimilación, lo encuentra un auténtico desafío que reta sus capacidades y que lo obliga a modificar algunos aspectos del conocimiento previo para acomodar los elementos nuevos que se quieren aprender. En este proceso, no sólo se modifica lo que ya se entendía o creía entender, sino que se da una interpretación personal y única (aunque no totalmente diferente) de forma que podamos integrarlo, asimilarlo y hacerlo “nuestro”.

Entonces, en este momento, es el profesor el que está en ventaja para ayudar a poner en evidencia este desequilibrio y señalar las múltiples formas de resolverlo, tal vez sugiriendo formas que sean afines, adecuadas o apropiadas para el alumno, para que pueda resolver ese desequilibrio de la “mejor” manera, ajustando su aparato cognitivo, o esquema a la realidad, y recreando en él una versión propia de la realidad.

Este proceso de equilibrio-desequilibrio-reequilibrio en forma nueva que es una explicación bastante cerca de Piaget, coloca al profesor en una posición, ya no de “dador” de conocimiento, sino de “vinculador” o sea el que interviene intencionalmente para provocar que el alumno, cuando se le presentan los factores desequilibradores, pueda tomar esto como oportunidad de integrar nuevos elementos a sus esquemas y modificar y reconstruirlos para asegurar un aprendizaje en avance.

A esto se le denomina (Ausubel, y otros, 1976) aprendizaje significativo.


Es construyendo su propio significado de un objeto de conocimiento, ya sea procedimental, cognitivo u otro, que nos apropiamos de la realidad. En este proceso, se integra, modifica y establece relación entre esquemas de conocimiento previos, o sea que ya los habíamos conformado, y que se desestabilizan con la introducción de una organización exterior nueva de información o de relaciones entonces debemos reconsiderar y ajustar para incorporar los nuevos significados.

Esto se diferencia del aprendizaje memorístico que implica solamente la aceptación de información exterior tal cual, y sin procesar, para conformarse a su estructura y almacenar en memoria. (Ejemplo- las tablas de multiplicar como secuencia de operaciones matemáticas que se deben memorizar, no cómo método de resolver problemas de adición o suma más rápidamente)

En este proceso, la existencia de los nuevos conceptos, su aplicabilidad, su relevancia, y el hecho de que se le presenten al aprendizaje en potencia de la persona, no son en sí suficientes. Se trata de que la persona pueda utilizarlos o ver la importancia que tienen para sí. Esto nos presenta otro concepto constructivista que es la “disponibilidad”. Esta es la tendencia de establecer relaciones, creer o imaginar que se puedan relacionar lo nuevo y lo ya conocido, dicho de otra manera “profundizar” en cuanto a descubrir los significados que pueda tener el conocimiento nuevo para sí mismo. Esta disponibilidad no se limita a los conocimientos y las competencias cognitivas, sino que toca también de forma profunda los aspectos emocionales y afectivos de la persona. La coherencia y claridad, la organización y relevancia condicionan el grado en que el alumno puede construir una interpretación más o menos consistente sobre el nuevo conocimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario